mi autobiografia

Algunas pinceladas de mi historia junto a la lectura y la escritura POR ANA MILENA RODRIGUEZ RUIZ Para iniciar con mi autobiografía quiero remontarme a un autor que en el poco tiempo que llevo estudiando esta carrera me han inspirado y ha abierto mis pensamientos en correspondencia a la relación que adquiero con la lectura y escritura en cada uno de mis productos escritos y quien me asegura que la relación de estas es tan estrecha que una no es posible sin la otra, en consonancia con esto quiero resaltar al autor Paulo Freire quien en el texto La Importancia de Leer señala: “La lectura del mundo precede a la lectura de la palabra, de ahí que la posterior lectura de ésta no pueda prescindir de la continuidad de la lectura de aquel. Lenguaje y realidad se vinculan dinámicamente” , me remonto así a mis primeros momentos frente a la lectoescritura en donde si no estoy mal perdimos la magia de la práctica del lenguaje y pasamos al maquinismo con el que los docentes de aquella época simplemente pretendían ese ejercicio de repetición una y otra vez sin control, que de algún modo perturbo esa libertad que tenemos como seres humanos a temprana edad de interpretar y experimentar nuestros contextos y nuestras vivencias cotidianas con mucha imaginación, de ahí en adelante el panorama no mejoro y aunque mis expectativas infantiles crecían día a día , creo que el sistema me envolvió y me perdí en el, tuve todo tipo de docentes en mi transitar escolar unos con más claridad en cuanto al uso de la didáctica que otros pero con las mismas intenciones mecánicas en relación al aprendizaje de la lectura y la escritura. Evoco aquí el primer libro con el que me encontré es ese camino, un libro lleno de magia y acción que me llevo a recrear en mi mente infantil las aventuras de una pulga y su vida cirquera “Leo Pulgamágica”. Nunca pude olvidarlo y a pesar de que la motivación impartida por mi maestra no fue la mejor esto no ha hecho que lo olvide, también creo que fue la magia de aquel libro que su historia me mostro y que tuve que descubrir en aquel segundo de primaria, años maravillosos de recuerdos cálidos pero de mucha disciplina en estos menesteres del aprendizaje, me instruí así para leer en voz alta pues era el modo en que compartíamos pequeños fragmentos de la obra, unos obviamente mas diestros que otros en estas prácticas que en algún momento nos destacaban dentro del grupo o nos marginaban.

Así pase un par de años mas encontrándome con la lectura y tratando de no perder el encanto que tal vez mis maestros no se preocupaban por mostrarme, me tropecé entonces al termino de mi primaria con un hermoso libro y digo hermoso porque me permitió conocer los parajes de un bello rincón de Colombia como lo es Boyacá y sus límites con Santander el tan nombrado y conocido “Siervo sin Tierra” pobre Siervo como sufrió cuanto recorrió que adversa vida… encantadora la forma como Eduardo Caballero Calderón me mostro y nos mostro a muchos la cotidianidad de nuestros campesinos la pobreza y la tristeza y nos aterrizo ante las realidades de las personas del común de nuestro país.

Mi vida cambio de escenario a uno más general en donde deje de llamarme por mi nombre para ser llamada por mi apellido o el numero de la lista el 33, allí las cosas definitivamente no mejoraron los libros de texto fueron nuestro maestro en aquellos tiempos y las opciones de que el panorama mejorara no eran fáciles de visualizar, realice entonces mis primeras producciones escritas, los primeros amores me sirvieron de inspiración y encontré en la poesía un bello espacio para plasmar mis más íntimos sentimientos aquellos escritos fueron míos solo míos… dicha práctica que por cierto deje ir, ya por hacernos mayores y no tener o no querer tener tiempo para ello, estos escritos acompañados de un par de bosquejos de siluetas abstractas pero con algún margen de profundidad que les daban aun mas sentido y estética. En estos años de los primeros amores encontré un libro interesante en una de esas prácticas lectoras que los profesores de entonces querían que realizáramos: “El Túnel” de Ernesto Sábato esta fue la primera novela que leí sin sentir que lo hacía en vano, me envolvió la trama de sus personajes y sentí por primera vez que la lectura y yo teníamos un futuro juntas…

De ahí en adelante tuve más encuentros seguidos con la lectura varios libros de literatura nacional y mundial me acompañaron dentro de los cuales puedo nombrar La Divina Comedia, La María, La ciudad y los perros, Crónica de una muerte anunciada, Huasipungo entre otros, aun los conservo y han pasado por las manos de varios amigos y familiares.