LA CREACION

LA CREACION
El primer paso

sábado, 11 de febrero de 2012

AUTOBIOGRAFIA



"Luna" fue la primera palabra que recuerdo haber escrito por primera vez. Cuenta mi abuela que desde pequeña mi mamá se obsesionó con la enseñanza, a tal punto que en la finca donde vivían, les enseñaba a los perros y a los marranos las letras del abecedario y algunas canciones con rimas de la época.

La primera vez que hice un dictado con la maestra más exigente (mi mamá), fue acerca de la luna, es lo único que recuerdo de todas las páginas que escribí en una agenda argollada, con rayas de color azul.

Recuerdo aquellas tardes, cuando leía lo que había escrito mal y un borrador, un lápiz y una regla apuntaban sobre mi cabeza: eran las herramientas de este trabajo.

Mi madre era profesora de primaria, muy exigente, así que lo que no podía lograr con sus alumnos lo debía lograr conmigo: cuadernos impecables, márgenes rojas, sin enmendaduras ni tachones; ese fue mi primer encuentro con la escritura. No pudo ser la experiencia más motivante pero, para bien o para mal, quedó grabada en mi memoria. Dicen que la letra con sangre entra, pero gracias a Dios, ese no fue mi caso, no hubo sangre y tampoco resulto en un estimulo, que me hiciera amar el acto de leer y escribir.

Pero finalmente aprendí algo fundamental para toda persona en cualquier labor u oficio: saber leer y escribir. Le doy gracias a mi madre por haber dedicado este tiempo para formarme y hacer de esta práctica algo que ha perdurado a través del tiempo.

Años más tarde fui a estudiar lejos de ella en otros colegios donde ella no estaba para ayudarme, y tuve que enfrentarme a la realidad. La importancia que significa escribir y leer correctamente. Llegue a tener problemas de salud por que no se podía ser bueno en términos escolares; debía ser excelente, y cuando me iba bien era un acontecimiento fatal. Con el paso del tiempo y al ver mi salud al empezar los periodos de evaluación, mi madre me habló y  recuerdo que  mirándome a los ojos me dijo: “no siempre hay que ser sobresaliente”.

Esto no fue del todo bueno por que me salí del sendero de la excelencia, me fui al otro lado de la balanza y poco a poco perdí el uso de las tildes, las comas, la ortografía, entre otros; perdí el hábito de leer, porque mis ojos se nublaban y me dolía la cabeza.

En cuanto a las relaciones personales, las  habilidades comunicativas se han convertido  en  mi mayor debilidad y se evidencian cuando estoy en frente de muchas personas, cuando tengo que  presentarme  para compartir  información personal.

Por otra  parte, me  considero  una analfabeta, en el uso de las tecnologías, ya que  se me dificulta manejar  elementos tan sencillos como un computador o un celular. Pero  algo me  dice: “Solo tienes que leer,  y seguir la instrucción para poderlos maniobrar”; considero que esta es una de las tantas secuelas que deja la ausencia de estas prácticas tan vitales para el ser humano.

Me siento en un punto de partida en el cual debí haber estado hace bastante tiempo, tengo 27 años pero sé que no es tarde para enfrentar este reto; leer un libro, entenderlo y poder hacer una síntesis  de sus ideas principales no será algo imposible.

En mi carrera como cantante no tuve que leer muchos libros, leí partituras, algo difícil para el que no lo estudia, pero en esta profesión empiezo a sentir la necesidad de aprender a escribir, a ejercitar mi mente, en composiciones poéticas y románticas que den un estilo personal a mis canciones.

También  soy madre de una pequeña de 7 años y por estos días, empiezo a descubrir la importancia que tienen la lectura y la escritura en la formación del ser, desde las primeras etapas de vida y la injerencia que tiene en el desarrollo del pensamiento crítico.  

Mi hija a diferencia mía, tiene excelentes habilidades comunicativas, usa palabras  como: “realmente me lastimé” (en vez de me pegué), “roca” (en vez de piedra), inventa cuentos con gran coherencia y fluidez,  realiza cartas de reconocimiento a sus  amigas, y es apasionada por ir a la librería para comprar literatura infantil; creo que estas prácticas han sido fomentadas desde el colegio y reforzadas en casa.

Creo que es importante que los docentes nos preparemos para provocar en los estudiantes procesos de interés, que les permitan pasar de la rutina a la investigación y la exploración del conocimiento a través del texto.  

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